If only you could fly...
18 nov 2010
16 nov 2010
-A Gales también le caes genial.
15 nov 2010
Querida Amaranth
6 de agosto, 1876. Haworth, Inglaterra.
Querida Amaranth:
Apuesto a que no podréis leer estas líneas de trazo irregular, estos renglones torcidos en los que voy grabando vuestro nombre…
No sé por dónde empezar, quizá por la primera vez que pude sentir vuestra presencia en aquel vacío de mi existencia. Mis dulces tinieblas abrieron paso en aquel momento a la luz que desprendíais.
Cuando el valor se apoderó de mí y pude, con mucha timidez, preguntar el nombre al cual vos responderíais, con igual dulzura con la que caminabais, mi vida empezó a virar entre elipses de esperanza.
Aquella soledad que arañaba mi pecho y provocaba que por mi mente rondase la loca y útil idea de acabar con mi vida arrojándome a los oscuros abismos del océano, se vio obligada a marchar en el instante en el que aparecisteis.
A tu lado, un eterno baile en una Luna que jamás acabaría para los dos. Y ese beso ardiente y a la vez suave y dulce como el vino, ese “os amo” tan inesperado.
Aún sigo recordando las veces que volvía de cumplir mi trabajo, a vos apoyada sobre la farola a poco más de la media mañana, con esa sonrisa resplandeciente que despejaba el nublado cielo que apenas podía apreciarse.
Mi muy querida Amaranth, la fuerza y el fuego que me brindasteis con el paso de los años, han hecho de mí una mejor persona. Renacía a vuestro lado después de la muerte tan dulce que me proporcionaba los paseos por tu cuerpo frágil y pálido, amaneciendo colmado de belleza por el hermoso cuadro que representaba vuestro cuerpo sobre las sábanas, empapándolo todo con su aroma de jazmín en flor que tanto adoraba en mi juventud.
Fueron tiempos de luz en mi vida, ahora son sólo recuerdos convertidos en ceniza que se esparcieron por el mar de nueva y oscura desolación que me atormentarán hasta que al fin acabe con tal sufrimiento.
Justo ahora que estoy escribiendo ésta letras, os veo, danzando sobre la cama en la que habéis perecido con un extraño aura de color púrpura rodeándoos. Los labios apretados, los ojos apagados que jamás volverán a brillar.
Éste es el fin, amor… No os deseo suerte en vuestro nuevo camino, mas sé que la tendréis, los ángeles como vos siempre encuentran la senda indicada hacia su destino.
Nos os preocupéis por mí, pues sé que mi libertad se hallará al fin completa cuando volvamos a estar unidos, pero ésta vez para toda la eternidad. Descansa mi voluntad en ésta carta sobre vuestro ataúd, nueva cárcel de madera que os envuelve en suaves caricias de seda. La última campana de vuestra siniestra despedida marca la sentencia de mi dicha y de mi injusta mortalidad.
Aguardadme, mi amada Amaranth, la oscuridad nos pertenece.
Es aquí donde muero.
Por siempre vuestro:
Graeme McCàirdeaner
David Sánchez.
10 nov 2010
So good friends and companions I bid you adieu.
18 sept 2010
La lluvia me atrapa, hipnotiza y abraza.
Night Ride Across the Caucasus.
Find the answers, ask the questions. Find the roots of an ancient tree. Take me dancing, take me singing,I'll ride on till the moon meets the sea.
5 feb 2010
Welcome to the land of questions.
Guiados por la música de aquel violista, perdidos entre notas lejanas de canciones prohibidas, aumentaban el ritmo conforme se iban adentrando en los dominios de los viejos caminos.
Su alma viraba entre preguntas sin sentido. Millas de océanos interminables, de lagunas en su pasado y abismos tenebrosos rodeando su alma. Girar y caer, fenecer, rendirse, yacer, en ese universo vacío, que ascendía en espiral hasta devorar los rincones infranqueables de su fortaleza y dejarlos huecos, carentes de emoción. Sólo con interrogantes sin sentido.
El violista les miró sin dejar de entonar la profunda melodía y sonrió. Cuando llegaron a su altura, este, con voz serena y grave les dijo con indiferencia:
- Bienvenidos a la tierra de las preguntas, de las cuestiones y dilemas. Donde la realidad queda expuesta a debates acerca de la existencia de cualquier criatura que ronde por aquí.
Los jóvenes, atónitos, vieron cómo ante su vista iba desapareciendo el violista y la melodía que les había dado aquel recibimiento tan... confuso.
25 ene 2010
Now I know, I'm in home at last...
No deseaban la vida, pero tampoco la muerte y desde luego no querían seguir. Sus pies cansados, llenos de barro y mojados ansíaban descansar en tierra pacífica.
Soltaron sus escudos y al igual que sus espadas tiempo atrás, ocuparon un lugar en algún páramo oscuro del vacío en el que se encontraban. Ya no les hacía falta luchar.
Anduvieron a tientas por las rocas ásperas del camino, guiados por la única luz de las estrellas, el ímpetu de su corazón y la maldita sensación de nostalgia que les perseguía desde hacía años...
Fue entonces cuando lo vieron.
Con un resplandor dorado, tan dulce como el almíbar de sus sueños, "The Raglan Road" se alzaba ante sus ojos incrédulos, espantando tinieblas; las puñaladas de miedo y dolor desaparecieron justo en el instante en el que cruzaron las puertas de esos viejos caminos.
Nuevos horizontes de esperanza se deslizaron ante su vista, limpiando las heridas de su cuerpo. Respiraron tranquilos, volvían a casa...
Y se dejaron llevar por la bendita melodía de aquel dulce violista que, sentado en la entrada del bosque, les daba la bienvenida de forma inconsciente.
Nada volvería a ser lo mismo.